Experiencias personales
Experiencias personales
Un paseo por mi experiencia en Hamburgo
Hoy os traemos un blog diferente y personal, ya que vamos a hablar sobre mi experiencia en Alemania. La danza casi siempre nos lleva a marchar fuera del país, y lamentablemente esto pasa muy a menudo. Son muchos los jóvenes que a temprana edad dejan sus familias para instruirse en escuelas europeas o incluso internacionales.
Personalmente, yo quería salir y ver mundo, y una de mis ideas era formarme en los EE.UU., pero finalmente terminé mucho más cerca. Mi familia siempre me ha apoyado en mi carrera dancística y gracias a ellos encontré la Escuela del Ballet de Hamburgo. Su punto fuerte, el coreógrafo John Neumeier seguía a la cabeza de la escuela. Son muchas las escuelas que reciben el nombre de coreógrafos internacionales que tuvieron relación o dirigieron la escuela, pero esta era de las pocas que conservaba la esencia de su director.
Me embarqué en un avión con mi padre para hacer la audición, y allí llegamos, a Hamburgo. Una ciudad con mucho encanto, schöne Stadt der Welt la llaman (la ciudad más bonita del mundo), aunque su clima no es precisamente el más encantador de Europa. La audición constó de una clase dividida en barra y centro, una improvisación y una entrevista. Después de cada parte iban despachando a aspirantes y yo me quedé hasta el final. La improvisación fue un momento mágico, ya que John Neumeier observaba con atención, ponían una música al azar y a bailar, lo disfrute mucho.
Tras ser aceptado volví a casa sabiendo que en algún momento aquella ciudad al norte de Alemania pasaría a llamarse hogar. ¡Y así fue! Volví a Hamburgo con muchas ganas de afrontar lo que venía, aunque debo admitir que el cambio fue duro. Anteriormente me había formado en el Conservatorio Profesional de Danza de Valencia, allí tuve excelentes profesores como Gema Casino, Pilar Martí o Rafael Darder, pero la Escuela del Ballet de Hamburgo tenía una dinámica muy diferenciada.
Las clases por la mañana se segregaban por sexos, con profesores diferentes, por tanto, no era necesaria una clase específica de técnica de varones o de puntas. Luego venían las clases de repertorio, donde nos enseñaban variaciones del coreógrafo, y también teníamos ensayos de las diversas actuaciones que íbamos haciendo a lo largo del curso. Es decir, su funcionamiento venía a ser como el de una compañía. Además, las clases de alemán, de anatomía, de historia de la danza, de pilates, de entrenamiento personal y de danza moderna, eran parte del currículo y del día a día de la escuela. Por no mencionar que además participábamos en algunos ballets de la compañía del Ballet de Hamburgo por lo que, al término de la jornada íbamos a ensayar o ver los ensayos, y ¡los findes a la Ópera! Vamos muy movidito.
Cabe destacar que marcharse de casa a los 16 años fue todo un reto, pero fue la mejor época de mi vida. Los maestros como Kevin Haigen, Janusz Mazon y Christian Schön me enseñaron y me ayudaron en mi camino de bailarín, así mismo, crecí y me enriquecí como persona. Como anécdota os contaré que mi inglés no era del todo bueno cuando llegué y a veces no entendía bien. En uno de los primeros casts que me dieron con la compañía, entendí mal la hora a la que teníamos que estar en la Ópera. Como consecuencia llegué tarde y perdí el cast por lo que ¡mi segundo cast salió en la foto del ballet! Pero cuando expliqué el malentendido fueron comprensivos y me dejaron hacer las demás funciones.
Esto es un resumen de mi experiencia en Hamburgo, hubo momentos buenos y malos, pero lo recuerdo con mucho amor. Pues como vosotras, si queréis dar el paso animaros a vivir esa experiencia, porque os dediquéis a la profesión o no, el bagaje que se reúne tras las vivencias que aporta un capítulo vital de estas características se guarda para toda la vida y eso vale la pena.
Sobre el autor
Xavier Dalmau, filólogo de profesión, profesor de pilates y graduado en la Hamburg Ballet School, ha bailado con la compañía del Hamburg Ballet (Alemania) y ha participado en los intensivos de verano del School of American Ballet y del San Francisco Ballet School. Actualmente investiga sobre danza medieval y literatura.
Síguelo en Instagram: @dalmaudedalmata